Para tener animales con el mejor rendimiento técnico y aprovechar el progreso genético, es normal sacrificar ciertas vacas e introducir novillas en el rebaño. Se habla de sacrificio voluntario cuando el ganadero decide sacrificar una vaca que no responde a sus expectativas, en términos de cantidad de leche o de tasa, o de período de parto. Se habla de sacrificio cuando el ganadero se ve obligado a sacrificar una vaca que tiene problemas de salud. La mastitis, la infertilidad y la cojera son las tres causas más frecuentes de sacrificio.
Existen varias causas de cojera. En el 90% de los casos, están causadas por lesiones o infecciones de los cascos (úlceras de la suela, panaris, dermatitis interdigital). Las cojeras también pueden deberse a problemas articulares o a un mal desgaste de los cuernos. En suelos duros y abrasivos, como el hormigón, los problemas en las patas son más comunes porque el cuerno se debilita y las lesiones en las suelas son más frecuentes. La humedad y las heces estancadas son factores agravantes, ya que favorecen el desarrollo de bacterias.
La cojera aumenta el riesgo de sacrificio
La cojera triplica el riesgo de sacrificio precoz. Una vaca coja se moverá menos para comer y beber, y su nivel de producción se verá afectado. El Institut de l'élevage estima que, en caso de cojera grave, la producción de leche puede disminuir hasta un 36%. Además, es menos probable que una vaca con las patas doloridas manifieste celo. Por lo tanto, será más difícil identificar el momento adecuado para inseminarla. El resultado es una tasa de vacas no preñadas multiplicada por 15 para las vacas con un problema recurrente de cojera. A estas pérdidas de producción hay que añadir el tiempo dedicado a tratar las cojeras y su coste directo, estimado en unos 250 euros. Razón de más para proceder a un sacrificio precoz.
El impacto financiero de este sacrificio precoz es aún mayor si se tiene en cuenta el coste de cría de una novilla, que ronda los 1.500 euros. Se necesitan 2,5 lactaciones para recuperar estos costes de cría mediante la venta de su leche. Si tiene que sacrificarla antes, perderá dinero porque el precio del sacrificio no compensará el coste de su cría.
Invertir en colchonetas Magellan para reducir la tasa de sacrificios por cojera.
Antes de la instalación de las esteras Magellan en el establo de Gaec Etang de la Roche, situado en Marsac sur Don (44), la escarificación del hormigón había tenido un efecto abrasivo en la suela de las pezuñas, causando numerosas lesiones. "Todas las vacas primíparas empezaron a cojear. La mitad del rebaño sufría cojeras más o menos graves, y una veintena de las 180 vacas fueron sacrificadas por este motivo", recuerda Stéphane Roué, uno de los socios del Gaec. "Con la instalación de las esteras, en 6 meses pasamos de un 25% de vacas cojas a sólo un 2 ó 3%. La tasa de sacrificio por cojera es prácticamente nula.